María Teresa Hincapié, Una cosa
es una cosa
(acción performativa) 1990
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Pero a pesar de que la educación ha mejorado mucho en los últimos años, y puede que los jóvenes sean más tolerantes de lo que éramos nosotros, nuestro mundo, heterosexual, comete a diario, micro-discriminaciones contra cualquier sexualidad fuera del entorno "hombre-mujer" aceptado públicamente.
En el último año he sido víctima de este tipo de comportamientos por personas "educadas", que te dicen "yo tengo muchos amigos gays, y son personas normales", entre otras cosas, cuando saben que yo lo soy. Creo que este tipo de comentarios son absurdos, a pocos se nos ocurriría decir "yo tengo muchas-os amigas-os heterosexuales, y son personas normales". Quiero creer que no lo hacen de mala fe, que lo dicen para potenciar una normalidad que en la mayoría de casos, no es cierta.
Todos somos personas, y esa es la única normalidad aceptable, el respeto a la sexualidad de cada individuo es fundamental. He oído cosas como que el cambio de sexo está de moda, por personas que no saben, o no quieren entender, el sufrimiento que conlleva el vivir con un cuerpo y con una sexualidad que no es la propia, y la dureza que presenta todo el proceso del cambio para una persona transexual.
Es importante acabar con cualquier discriminación en nuestro entorno por motivos sexuales, sea negativa o positiva, y si somos víctimas de un comentario sexista, lo tenemos que hacer notar a las personas que los realizan, para en lo posible no vuelvan a hacerlos, este cambio fundamental en la sociedad, depende de nosotros.
Uno de los problemas que más veo yo es en querer definir las cosas "normales" y las que no. ¿Qué es normal o que tendría que ser normal? ¿porque no todo es normal? o mejor, porque no dejamos de utilizar de una vez por todas esta palabra?
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